lunes, 21 de febrero de 2011

Que es la radiacion solar ultravioleta

La radiación ultravioleta, es emitida por el Sol en longitudes de onda que van aproximadamente desde los 150 nm (1500 Å), hasta los 400 nm (4000 Å), en las formas UV-A, UV-B y UV-C pero a causa de la absorción por parte de la atmósfera terrestre, el 99% de los rayos ultravioletas que llegan a la superficie de la Tierra son del tipo UV-A. Ello nos libra de la radiación ultravioleta más peligrosa para la salud. La atmósfera ejerce una fuerte absorción que impide que la atraviese toda radiación con longitud de onda inferior a 290 nm (2900 Å). La radiación UV-C no llega a la tierra porque es absorbida por el oxígeno y el ozono de la atmósfera, por lo tanto no produce daño. La radiación UV-B es parcialmente absorbida por el ozono y llega a la superficie de la tierra, produciendo daño en la piel. Ello se ve agravado por el agujero de ozono que se produce en los polos del planeta.
La mayor parte de la energía que llega a nuestro planeta procede del Sol. El Sol emite energía en forma de radiación electromagnética. Estas radiaciones se distinguen por sus diferentes longitudes de onda. Algunas, como las ondas de radio, llegan a tener longitudes de onda de kilómetros, mientras que las más energéticas, como los rayos X o las radiaciones gamma tienen longitudes de onda de milésimas de nanómetro.



La energía que llega al exterior de la atmósfera lo hace en una cantidad fija, llamada constante solar. Esta energía es una mezcla de radiaciones de longitudes de onda entre 200 y 4000 nm, que se distingue entre radiación ultravioleta, luz visible y radiación infrarroja.


¿Cómo se mide la radiación UV?
El SIMAT realiza la medición de la radiación UV tipo B a través de la Dosis Eritemática Mínima por hora (MED/h), esta unidad de medición es utilizada por razones médicas ya que su valor representa la efectividad biológica de su acción para causar una quemadura o eritema.
Las medidas experimentales se consiguen a través de instrumentos adecuados como los radiómetros. En la REDMET del SIMAT se realizan mediciones continuas y permanentes de la radiación UV tipo B mediante el uso de radiómetros de banda ancha de sensibilidad ponderada. La información se obtiene minuto a minuto y se procesa en promedios horarios para su disposición al público en forma de Bases de Datos. Con la información de promedios horarios se elabora y difunde oportunamente el Indice UV para informar horariamente a la población sobre los tiempos de exposición saludable al sol para cada tipo de piel.
¿Qué factores determinan la intensidad de la radiación UV?
La variación diurna y anual de la intensidad de la radiación solar UV, está determinada por parámetros astronómicos, geográficos, condiciones atmosféricas y por actividades humanas que alterar las condiciones naturales de la atmósfera, tal como el debilitamiento de la capa superior de ozono debido al uso de CFS. A nivel de troposfera la presencia de nubes, polvo, aerosoles y la concentración de ozono son elementos absorbentes de fotones de energía o radiación solar.
La intensidad de la radiación solar varia según la hora del día. Durante las primeras horas de la mañana y al atardecer, la radiación solar incide de manera casi horizontal sobre el punto de incidencia. Durante su trayecto la radiación puede absorberse y dispersarse por moléculas de gases, partículas de aerosoles o agua, en lo que se denomina la componente difusa de radiación. Cuando los rayos solares pasan directamente por la atmósfera si ser absorbidos, constituyen la componente directa de la radiación.
Otros factores que influye en la intensidad de la radiación solar son la refracción en paredes y asfalto, y la reflexión de los cristales de edificios. La hierba refleja al menos un 10% de la radiación incidente y la nieve pueden reflejar un 80%. La radiación solar también varía con la altitud, a mayor altitud su aumenta. Por ésta razón la radiación UV es mayor en la Ciudad de México que al nivel del mar.
¿Es necesario usar protección solar en invierno?
Sí, ya que la radiación ultravioleta está presente durante todo el año. Aunque en estos meses baja la intensidad de UVB, la UVA se mantiene constante y ésta es la responsable de la fotosensibilidad y del daño a la piel por generación de radicales libres, que son los que influyen en el fotoenvejecimiento cutáneo y contribuyen en el desarrollo de cáncer de piel.
¿Aunque esté nublado?
Sí, porque la radiación ultravioleta atraviesa las nubes y puede causar, además del daño acumulativo, quemaduras solares y fotosensibilidad (sensibilidad a la luz solar que puede provocar erupciones cutáneas).
¿Qué protector solar es el más adecuado?
Depende del grado de pigmentación natural de la persona. Las pieles más pigmentadas requieren un menor factor de protección solar (SPF). Como en invierno los niveles de radiación UVB son moderados, basta con un factor 15 para pieles más oscuras y un factor 25 para las más claras.
En el caso de la luz artificial, ¿cuáles pueden ser dañinas?
Las pantallas de los computadores emiten bajos niveles de UVA, que pueden provocar fotosensibilidad en personas susceptibles, por ejemplo, con rosácea. Por lo que en estos casos, también es recomendable utilizar un adecuado SPF.
¿Qué medidas de protección deben tomar quienes esquían?
Las quemaduras en zonas nevadas pueden ser graves. La nieve es una superficie reflexiva, que amplifica la radiación solar, pudiendo reflejar en la piel más de la mitad de los rayos solares. Además, a mayor altitud, hay menos atmósfera para absorber los rayos y éstos impactan la superficie con mayor intensidad. Por lo tanto, sentarse en la sombra en estas áreas no garantiza protección.
En estos casos, las zonas de la piel que quedan expuestas, como el rostro por ejemplo, deben cuidarse considerando la radiación como muy alta (similar al verano), por lo que es recomendable usar un factor mayor que 50 para pieles claras, y de entre 30 y 50 para las más oscuras. Es importante la reaplicación cada dos o tres horas.



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